El estrés es una parte normal de la vida de cada ser humano. De hecho, ante situaciones peligrosas o desconocidas el cuerpo reacciona de manera natural a través del estrés. Por lo que puede ser beneficiosa, puesto que nos prepara para enfrentar situaciones así.
No obstante, cuando el estrés se prolonga por semanas y meses, afecta negativamente nuestra salud.
Síntomas del estrés
Lo primero que debemos saber es que el estrés puede dividirse en dos tipos. Dependiendo del tipo de estrés que tengamos, nuestro cuerpo reaccionará de manera diferente. Y solo uno de los dos es realmente peligroso para la salud. Existen dos tipos de estrés:
Estrés agudo. Este estrés no causa realmente ningún problema en nosotros, por lo menos no en la mayoría de los casos. Es un estrés que desaparece rápidamente. Este tipo de estrés, incluso, es necesario para manejar situaciones peligrosas. Se suele experimentar durante una discusión, al presionar los frenos, al subirse a una montaña rusa, o incluso ante una situación que es completamente nueva para nosotros. Todos sentimos este tipo de estrés en algún momento del día. Y no debería causar ningún problema.
Estrés crónico. Este tipo de estrés perdura en el tiempo y sucede a causa del trabajo, al perder una persona cercana, un divorcio o ante la falta de dinero. Cuando el estrés se prolonga por semanas y meses, se puede denominar como estrés crónico. Este tipo de estrés lo suelen tener las personas que no saben cómo controlar el estrés. Y les trae problemas importantes de salud.
Y es que el cuerpo reacciona al estrés liberando ciertas hormonas. Esas hormonas mantienen el cerebro más activo, aumentan el pulso y tensionan los músculos. Esto puede ser beneficioso en momentos específicos. Los problemas de salud se presentan cuando el estrés se prolonga por más tiempo. Allí es donde se comienzan a ver las consecuencias. Se presentarán los siguientes síntomas:
Mala memoria.
Diarrea o estreñimiento.
Dolores de cabeza.
Problemas en la vida sexual.
Dolores musculares.
Dificultad para concentrarse y falta de energía.
Dormir muy poco o en exceso.
Dolores o enfermedades estomacales, como gastritis.
Pérdida o aumento de peso sin aparente razón.
Uso de alcohol, drogas o cualquier otro calmante que alivie el estrés.
Cansancio
Sudoración.
Adicionalmente, el estrés también puede manifestarse de otras maneras, tales como:
Presión arterial alta.
Insuficiencia cardíaca.
Obesidad
Diabetes
Depresión o ansiedad.
Problemas menstruales. La menstruación puede aparecer o desaparecer antes del tiempo.
Problemas en la piel, como el acné o eczema.
Tipos de tratamientos osteopáticos para reducir el estrés
La osteopatía es una de las mejores alternativas para tratar el estrés. El tratamiento propone una solución que reequilibra el sistema neuro-vegetativo. De esta manera, se pueden tratar todos los síntomas relacionados al estrés. El tratamiento también puede ser preventivo para evitar la aparición de todos estos síntomas.
La osteopatía propone tres soluciones:
Estructural
Esta osteopatía estructural trata las consecuencias somáticas del estrés. Es decir, los dolores musculares o las restricciones musculares.
Visceral
La osteopatía visceral permite tratar la hipersensibilidad de los órganos. Esto hace, por ejemplo, que se mejora todos los síntomas relacionados a los problemas estomacales producidos por el estrés. O las consecuencias en el corazón.
Craneal
Este es el que trata principalmente con el sistema neuro-vegetativo. Su propósito reequilibrarlo. De esta manera, se actúa sobre las funciones parasimpáticas. Con este tratamiento, se podrán tratar dolores de espalda, dolores de cabeza, migrañas y otros similares.
Recomendaciones para aliviar y prevenir el estrés
Sin embargo, siempre es recomendado que sepamos cómo manejar el estrés en nuestra vida. Lo mejor es prevenirlo. Pero no siempre es posible. Así que tendremos que tratar de aliviarlo cuando suceda.
Estos son los consejos que te damos para que puedas aliviar el estrés:
Establece prioridades. El estrés muchas veces es producido porque nos llenamos de demasiadas responsabilidades y tareas. Esto hace que nos sintamos abrumados y nos llenamos de estrés. La mejor forma de tratarlo es establecer prioridades y estar conscientes de nuestras capacidades.
Aprende a decir que no. Muchas veces entramos en situaciones de estrés de manera innecesaria: trabajo en exceso, conversaciones incómodas o infructíferas, etc. A veces, lo mejor que podemos hacer es decir que no, para evitar situaciones de estrés. Aunque esto no significa que debamos evitar las situaciones difíciles o los momentos incómodos. Lo importante es saber distinguir si es realmente necesario.
Maneja adecuadamente nuestras emociones. Esto es clave. Tenemos que aprender a manejar nuestras emociones, de manera que no nos dominen. Sentir tristeza, molestia, decepción y estrés es común en todas las personas. Pero es cuando se desbordan y nos controlan que el estrés se prolonga.
Relaciónate con persona que te sean de gran apoyo emocional y de otros tipos. Contar con una persona que nos apoye emocionalmente es fundamental para tratar el estrés. Alguien con quien podamos desahogarnos, expresar nuestras dudas y las causas de estrés. Y además nos aliente a seguir adelante. También podemos contar con otro tipo de personas que nos ayuden a solucionar la causa de nuestro estrés. Por ejemplo, si el problema es económico, alguien que pueda realizarnos un préstamo mientras que solventamos la situación económica.
No pienses obsesivamente en los problemas. Pensar, pensar y pensar el mismo problema no produce ninguna solución. Solo que nos sintamos más estresados con la situación que estamos viviendo. Lo mejor es despejar la mente y pensar en otras cosas.
Realiza ejercicio con regularidad. Se ha demostrado que el ejercicio es una de las mejores formas de tratar el estrés. Principalmente, porque al hacer ejercicio se liberan hormonas que reducen el estrés.
Deja el problema para el momento oportuno. El estrés muchas veces es ocasionado por las posibles consecuencias futuras que nos puedan traer nuestras acciones presentes. A veces también se ocasiona por preocupaciones del futuro. Sin embargo, tenemos que aceptar que hay cosas que no podemos controlar. Lo mejor es no pensar tanto en el problema de manera anticipada, sino dejar que cada día tenga su propio problema.
En Osteopatia Sevilla contamos con especialistas para ayudarte a aliviar el estrés. Contáctate con nosotros y mejora tu calidad de vida.
José Ramón Rodríguez Aranda, osteópata y fisioterapeuta con amplia experiencia, dirige la Clínica de Osteopatía y Fisioterapia Rodríguez Aranda, avalada por su trayectoria en el sector de la salud. Es Licenciado en Osteopatía y Diplomado en Fisioterapia por prestigiosas universidades, y cuenta con certificaciones y formación continua en diversas técnicas y áreas de la fisioterapia. También está registrado en el Registro de Osteópatas de España, el General Ostheopathic Council de Londres y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía.
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