20 de octubre de 2019
Generalmente decimos que nos pasamos más de media vida en el trabajo, y la verdad es que es un hecho. Independientemente de nuestra actividad laboral de media nos pasamos unas ocho horas trabajando cinco veces por semana.
Debido a las tecnologías, hoy en día, la inmensa mayoría de los trabajos se realizan sentados enfrente de un ordenador. El ordenador nos obliga a estar muchas horas, prácticamente todo el tiempo en la misma posición, y es ahí donde radican los problemas.
De manera general, se puede decir que uno de los mayores factores lesivos es el mantenimiento de una posición o la repetición de un movimiento durante mucho tiempo.
En caso de nuestro cuello y columna dorsal y lumbar van adoptando unas posiciones alteradas a lo largo de los años. Vamos a comentar de manera ordenada los hallazgos que se van produciendo en cada una de las curvaturas.
A nivel cervical, suele ir adoptando una posición o de antepulsión con rectificación cervical. Esto significa, que la cabeza se va trasladando hacia adelante y además de ir extendiendo las vértebras superiores también se van poniedo más rectas algunas de las vértebras más medias. Igualmente, las vértebras en la transición cervico-dorsal, van adoptando una posición de flexión creando la tan llamada “chepa”. En cambio, y debido a condiciones preexistentes también las cervicales pueden adoptar una posición de rectificación total, que es cuando combinamos escritorio y pantallas al mismo tiempo. En ambos casos, y debido a la repetición de estas posiciones, la tensión muscular aumenta, y a lo largo de los años va fijando dichas posiciones, llegando a atrofiar fibras musculares, que por economía de gasto muscular se van haciendo más rígidas produciendo cambios estructurales en el músculo.
La musculatura más afectada, o mejor dicho, la que más síntomas produce y que más solemos abordar son los trapecios superiores, los cuales se van cargando y aumentando mucho la actividad en unos puntos, llamados puntos gatillos, produciendo dolor. Aunque no sólo producirá dolor, sino también debilidad de los trapecios inferiores, perpetuando la posición y por lo tanto los síntomas. Igualmente, otros grupos musculares como el esternocleidomastoideo, también se irán acortando, fijando mucho la posición de la cabeza hacia adelante. Debido a esto otros músculos más profundos, como los suboccipitales pueden ir acortándose y produciendo tensión en la cabeza, llegando a tirar de los anclajes óseos produciendo dolores de cabeza de origen musculoesquelético.
A nivel de la columna dorsal, y por la posición heredada comenzando por la flexión de la parte cervico-dorsal, se pone verdaderamente rígida. Esta rigidez, acompañada de la mala postura en flexión del tronco, debido normalmente, a la mala altura de los reposabrazos de las sillas de oficina, va flexionando la zona dorsal y reduciendo su movilidad.
La zona lumbar, debido a la altura inadecuada de las mesas y las sillas en el trabajo, también se ve afectada. En este caso la variedad de problemas es grande, debido principalmente a condiciones preexistentes. La columna lumbar se ve comprometida con la flexión lumbar que suele ir reduciendo la movilidad y los espacios vertebrales, aumentando la presión en los discos vertebrales a este nivel. Dicha compresión, conjuntamente con la falta de tono muscular adecuado, son a mi juicio, los responsbles de las alteraciones funcionales y patologías de la columna lumbar hoy en día.
Cómo evitar todo esto?
Debemos procurarnos una buena estación de trabajo. La pantalla del ordenador debe estar a unos 60 centímetros de distancia de nosotros y a cierta altura para evitar estar mirando para abajo produciendo rectificaciones cervicales. Igualmente, esta distancia también nos permitirá disponer de una buena posición de hombro, brazo y muñeca, para evitar lesiones de repetición en los tendones del manguito rotador del hombro y extensores de muñeca y retináculo de las mismas.
La posición del tronco debe ser erguida, ayudándonos para eso tanto el respaldo como el asiento donde disponemos nuestras nalgas. Hoy en día casi todas las sillas llevan una pequeña palanca que hará bascular la pelvis consiguiendo mayor o menor grado de curvaturas lumbares y dorsales. Es decir esto “nos pondrá derechos” y por lo tanto en una posción adecuada para mantener la posición de sentados más tiempo sin tanta carga inadecuada de la espalda.
Una vez hayamos conseguido nuestra posición básica, ahora debemos poner nuestros reposabrazos a la altura adecuada a la que no se nos carguen los trapecios y sentir que nos permite reposar el peso del brazo para hacer el menor esfuerza posible con el ratón del ordenador.
El reposapiés añadirá confort a todo añadiendo un buen punto de apoyo a toda la estructura.
Aunque todos estos puntos son prácticos e importantes, he de explicar, que no hay posición perfecta que se pueda mantener más de 45 minutos sin que la estructura del cuerpo se agote.
Así que nos debemos levantar de la silla por lo menos cada hora y readaptar y dar descanso a la posición tan continuada.
Muchas veces es la tensión mental la que nos hace permanecer más tiempo sentados sin levantarnos, perpetuando así la postura continuada que nos dañan tanto el cuello como la espalda en general.
José Ramón Rodríguez Aranda, osteópata y fisioterapeuta con amplia experiencia, dirige la Clínica de Osteopatía y Fisioterapia Rodríguez Aranda, avalada por su trayectoria en el sector de la salud. Es Licenciado en Osteopatía y Diplomado en Fisioterapia por prestigiosas universidades, y cuenta con certificaciones y formación continua en diversas técnicas y áreas de la fisioterapia. También está registrado en el Registro de Osteópatas de España, el General Ostheopathic Council de Londres y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía.
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